15.8.07

El negocio de los energéticos, sus cifras y las estrategias políticas

por Horacio Barrancos Bellot

El precio y las inmensas reservas de petróleo y de gas natural existentes en América del Sur, la emergencia de un importante mercado para biocombustibles, las multimillonarias cifras en inversión y comercialización de estos productos y las estrategias políticas de Chávez, Lula, Evo y Kirchner han acaparado el escenario internacional de las últimas semanas.

Y es que el negocio de los energéticos en esa región del continente americano tiene dos frentes poderosos, donde los intereses políticos son tan importantes (o más) que los intereses económicos. Un frente está representado por los países asociados en torno al negocio del petróleo y el gas natural (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, Uruguay y Venezuela). El otro, aun emergente, se muestra como la alternativa energética y ya tiene muchos detractores; me refiero a los biocombustibles y el principal referente es Brasil.

En ese primer frente -como es evidente para todos- se hace más visible el gobierno de Venezuela, quien financiado por el elevado precio del petróleo y afianzado en su legitimidad política local, lleva ya iniciada desde hace algún tiempo una agresiva estrategia política para lograr sitios de privilegio en la región. Bien sea como socio estratégico, comprando títulos públicos en otros países, donando recursos, brindando ayuda en materia social o llevando a límites inéditos el discurso anti Estados Unidos, Chávez no solo está haciendo buenos negocios, sino que también está diversificando los escenarios en los que su presencia en América Latina se ha tornado relevante.

Un poco en el centro de todo aparece Bolivia, no como el actor relevante, pero sí como el país en donde inevitablemente convergen muchos intereses. Las cuantiosas reservas de gas natural existentes en el sur boliviano y su posición geográfica han convertido a ese país en un proveedor natural de gas para Argentina, Chile y Brasil. Si bien el negocio del gas boliviano a gran escala no termina de despegar, en los últimos 10 años ha atraído los intereses de grandes empresas transnacionales (Repsol, Total, Petrobrás, Pdvesa, Ypfb, entre otros) y se viven ya complejos e intensos ciclos de negociaciones bi y multilaterales entre los gobiernos de la región.

En palabras sencillas la situación puede describirse así: Argentina, Chile y Brasil necesitan el gas. Bolivia tiene el gas, pero no tiene los recursos necesarios para desarrollar los proyectos de explotación, industrialización y comercialización. Venezuela tiene los recursos necesarios, la experiencia, la empresa y también tiene gas, con la particularidad que su extracción está ligada a la extracción de petróleo, por lo cual el gobierno de Chávez está abriendo mercados para ese gas. Brasil y Argentina también tienen los recursos necesarios y están dispuestos a orientarlos hacia Bolivia, con tal de garantizar su demanda.

En materia de crudo Uruguay y Ecuador son los otros socios –de Venezuela- importantes en la región. Ecuador es un importante productor y Uruguay un importante consumidor. Nuevamente, Venezuela es quien tiene los recursos -financieros y petroleros- necesarios para ser el socio estratégico.

En este contexto, seis son los acontecimientos reales más relevantes que marcan las estrategias políticas en torno al negocio del gas y del petróleo. Primero, el gobierno de Bolivia ahora tiene mucho más control que antes sobre sus yacimientos de gas y sobre todas las etapas de producción en su industria. Segundo, las condiciones de venta (esencialmente el precio y la demanda) del gas han cambiado. Tercero, Argentina se ha convertido en importador neto de gas natural, por lo cual necesita garantizar la atención de sus demandas futuras. Cuarto, las principales empresas involucradas son total o parcialmente estatales. Pdvesa es estatal; el gobierno de Brasil tiene participación accionaria en Petrobrás; fue refundada la petrolera boliviana Ypfb; Argentina fundó Enarsa luego de que Ypf fuera privatizada en la década de los 90; Ancap es la estatal uruguaya y Petroecuador es la petrolera ecuatoriana. Quinto, siete gobiernos (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, Uruguay y Venezuela) tienen un punto de acercamiento importante en su línea ideológica (la izquierda), pero la mayor afinidad se ha dado entre el gobierno de Venezuela y Bolivia. Sexto, por decisión de sus gobernantes, el negocio del gas está vinculado –o condicionado- a otro tipo de acuerdos comerciales y de cooperación entre estos países.

Bajo estas condiciones, las negociaciones han arrojado destacables resultados, que deben ser recapitulados y analizados:

  • Venezuela y Argentina, la semana pasada, firmaron un acuerdo llamado “Tratado de seguridad estratégica”. En el marco de ese acuerdo, Venezuela venderá gas natural a la Argentina en estado líquido, el cuál será transportado marítimamente para luego ser regasificado. Esto dará lugar a la construcción de una planta regasificadora en Argentina, con una inversión venezolana de US$ 400 millones; la planta estaría terminada en 2009 con una capacidad de producción de 10 millones de metros cúbicos diarios, una cifra superior a la importación de gas que actualmente realiza Argentina desde Bolivia (5.7 millones de pies cúbicos diarios). Adicionalmente, Argentina y Venezuela se comprometieron a conformar “Petrosuramérica”, concebida como una "corporación de empresas binacionales de los Estados" para el área energética. También, las estatales Enarsa y Pdvsa cerraron un acuerdo para operar en forma conjunta las refinerías y la red de estaciones de servicio de la firma argentina Rhasa, con la opción futura de compra por un valor de US$ 31 millones. Complementariamente, el gobierno de Venezuela firmó una nueva ayuda financiera a Argentina por medio de la compra de unos US$ 1.000 millones en bonos de deuda pública. En una primera etapa, Venezuela adquirirá US$ 500 millones que formarán parte de una nueva emisión de los llamados Bonos del Sur. Con esto, Venezuela habría comprado ya más de US$ 5.000 millones en papeles públicos argentinos.

  • Las exportaciones de gas natural de Bolivia a Argentina y a Brasil fueron renegociadas en precio y cantidad. No solo subieron los precios que tradicionalmente estaban muy por debajo de los precios internacionales, sino que Bolivia exportará más gas. Al menos eso se espera del nuevo compromiso de exportación a la Argentina, en virtud del cual Bolivia le estaría exportando hasta el 2011 más de 20 millones de pies cúbicos diarios adicionales a los que hoy exporta. Argentina consume 114 millones de pies cúbicos de gas al día y se prevé que para el 2011 su demanda se eleve hasta los 129 millones; esto significa un incremento de 15 millones, lo cual hace suponer que las futuras exportaciones de gas boliviano y venezolano (30 millones, aproximadamente) remplazarian parte de las actuales fuentes argentinas de abastecimiento, si queremos que los números nos cuadren. De no ser así, tendrían fundamento los actuales temores de la oposición política boliviana para quien los acuerdos de Chávez con Kirchner ponen en riesgo las futuras exportaciones de gas boliviano.

  • La semana pasada la ciudad de Tarija fue el escenario de acuerdos multilaterales de grandes dimensiones. Los presidentes de Argentina, Bolivia y Venezuela echaron a andar la “Organización de los Países Productores y Exportadores de Gas del Sur” (Opegasur). Según Villegas, ministro de hidrocarburos de Bolivia, este acuerdo buscará la integración a través de un conjunto de proyectos para conformar complejos industriales. Villegas asegura que este acuerdo, a diferencia de la OPEP, no regula precios, no define precios, no regula producción ni define producción. Este elemento es clave porque elimina incertidumbres en el mercado de futuros del gas.

  • Los presidentes de Bolivia y Venezuela acordaron una agenda energética futura para constituir una nueva empresa (Petroandina Sociedad Anónima Mixta) con una inversión de US$ 600 millones para la exploración y explotación de hidrocarburos en los departamentos bolivianos de Tarija, Chuquisaca y Santa Cruz. Pdvsa aportará a ese proyecto el 40% y Ypfb el 60% requerido para la inversión. La agenda energética común, permitirá la implementación de un complejo para la industrialización de gas natural, la instalación de una planta de fertilizantes, petroquímica y la construcción de una planta con una inversión de US$ 70 millones, de los cuales Venezuela aportará el 40% y Bolivia el otro 60%. La Empresa Nacional de Electricidad de Bolivia (Ende) será la encargada de llevar adelante este proyecto. En total, los proyectos con Venezuela suman US$ 670 millones de inversión. Además en ese memorándum de entendimiento se incluye la participación de Ypfb en la exploración y explotación en el bloque sudamericano en la franja petrolífera de Orinoco en Venezuela, con lo que Bolivia será parte de un proceso energético en la región venezolana, donde participará con el 40 % de acciones. Complementariamente a estos acuerdos, el gobierno venezolano lleva realizados innumerables programas de “cooperación” al gobierno de Evo Morales, que van desde el préstamo de helicópteros para uso presidencial hasta su participación en el megaproyecto siderúrgico del cerro Mutún, en el departamento de Santa Cruz. El Mutún es uno de los yacimientos de hierro y manganeso más grandes del mundo, cuyas reservas –de hierro- se estiman en 42 millones de toneladas.

  • Los negocios entre Argentina y Bolivia también se están diversificando; los mandatarios de esos países acaban de suscribir un acuerdo de financiamiento para la construcción de una planta separadora de líquidos que se instalará en el Chaco boliviano. Mediante este acuerdo, Argentina otorgará un crédito de US$ 450 millones que financiará la construcción de la planta de separación de líquidos más grande de América del Sur. De esta forma, Bolivia podrá separar los líquidos que contiene su gas antes de venderlo y así producir carburantes líquidos derivados del gas natural. El compromiso de Kirchner –y la oportunidad de negocios que él ve- parece ser tan fuerte que se ha comprometido para hacer que empresas argentinas inviertan en Bolivia, en caso de que las grandes transnacionales del mundo con inversiones en Bolivia no continúen sus programas exploración y explotación.

  • La semana pasada, Venezuela suscribió un acuerdo llamado “Tratado de seguridad energética” con Uruguay. Este compromiso de entendimiento supone actuaciones en materia de gas y de petróleo. Similar al negocio con Argentina, Venezuela y Uruguay construirían una planta regasficadora con una inversión de US$1.000 millones y que produciría unos 10 millones de pies cúbicos diarios de gas –venezolano, inequívocamente. El gobierno de Chávez también tiene planeado financiar la ampliación de la refinería uruguaya La Teja y la construcción de una empresa mixta entre Pdvesa y Ancap para la explotación de petróleo en la faja petrolífera del Orinoco. A cambio, el presidente uruguayo -y actual presidente pro témpore del Mercado Común del Sur (Mercosur)- ha comprometido sus gestiones para que Venezuela se adhiera definitivamente a este mecanismo de integración regional. Complementariamente, el gobierno venezolano financiará un proyecto para construir una fábrica de insulina en Uruguay, que suministrará el producto a toda América Latina, y además firmará acuerdos con la empresa estatal de azúcar, Alur, de la que ya tiene un pequeño porcentaje (Reuters).

  • Venezuela y Ecuador acordaron -a principios de este mes- construir la mayor refinería de la costa del Pacífico -para procesar 300.000 barriles por día de crudo- que será instalada en la provincia de Manabí (suroeste de Ecuador). La refinería de Manabí tendrá una planta de alta conversión, cuya construcción se iniciará luego de cumplir con requerimientos ambientales, técnicos y financieros. El costo del proyecto ascenderá a unos 5.000 millones de dólares, en cuyo financiamiento además de Pdvsa podrían participar otras estatales de la región. Pdvsa y Petroecuador tienen otros ambiciosos planes de asociación para el área hidrocarburífera. Ecuador baraja la posibilidad de explotar con empresas públicas como Pdvsa un campo en la Amazonia con reservas por unos 1.000 millones de barriles, que demanda inversiones por 5.000 millones de dólares y generaría unos 700 millones anuales para el Estado.

Los acuerdos, los proyectos y la danza de millones continuará, éste es solo el comienzo. Realmente es de esperar que los beneficios económicos para la región sean de la magnitud que sus gobernantes prometen. No obstante, son igualmente incontables las voces que alertan sobre la factibilidad de estos proyectos o sobre los intereses ocultos detrás de la omnipresencia de Chávez. Es indudable, como se plantea al inicio de este documento, que Chávez está copándolo todo y que está haciendo buenos negocios –los económicos y los políticos. Igualmente destacable es el sentido pragmático con el que los otros gobernantes están manejando estos negocios. Salvo el estado actual de inoperancia en el que han caído las relaciones entre Bolivia y Chile, así como las asperezas –muy entendibles desde la óptica de la lucha por la hegemonía regional- entre los gobiernos de Chávez y Lula, los gobiernos de América del Sur han iniciado en torno a los energéticos, intensos procesos de asociación como otrora –en sus propios términos- lo hiciera Europa en torno al carbón y al acero.

El frente energético de los biocombustibles lo encabeza el presidente brasilero. Coincidente con la gira de Chávez por América del Sur, Lula ha realizado su propia gira por Centroamérica y México. Al respecto, algunos analistas han interpretado esto como una manifestación más de la competencia de ambos mandatarios por el liderazgo en América Latina. Para el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), “… los dos están compitiendo pero con pocas posibilidades de lograr un empate. A la larga el predominio de Brasil es casi inevitable por su tamaño, su población y su economía”.

Bajo el lema de combustibles limpios, baratos y renovables, el Presidente de Brasil ha instado alianzas entre Petrobrás y Pemex (México) y ha invitado a los empresarios mexicanos para apostar por este tipo de energéticos. Lula, quien de alguna forma sigue siendo el freno para la incorporación de Venezuela al MERCOSUR, ha invitado a México a “mirar” el mercado común del sur y a formar una alianza que no fueron capaces de realizar en el siglo pasado. El gobierno de Brasil ha iniciado ya hace varios meses “la diplomacia del etanol” llegando a un punto cúspide en la pasada reunión del G-8 en Alemania.

El negocio de los biocombustibles ha despertado tantas expectativas, como posiciones en contra. Su estudio y explicación requieren atención mayor que serán expuestos en un artículo posterior. Corresponde en este punto -sin embargo- enfatizar que subyacente al impresionante despliegue de estrategias comerciales y políticas que los energéticos ha despertado en América del Sur, están –como siempre- las esperanzas de una población que confía en ser el objeto verdadero del interés de sus gobernantes.

8.8.07

Publicación EFE

Barcelona, 16 jul (EFE).- En sus 22 años de carrera profesional, el periodista boliviano Edwin Pérez Uberhuaga ha aprendido a entender su profesión a través de la responsabilidad social que ésta implica. "Más que intelectual o investigador soy un obrero de la información", dijo recientemente en una entrevista hecha para OMC Radio, y así lo demuestra con su trabajo como editor de la revista Raíz Bolivia. Desde este medio, pero también a través de la revista Migrante y de su colaboración con algunas otras publicaciones de Europa y Latinoamérica, Edwin Pérez se ha dado a conocer como un periodista dedicado en cuerpo y alma al tema de las migraciones. Sus tres libros: "Personas y personajes", "La migración latinoamericana antes y después del 11-S" y "Bolivianos en el mundo", tratan sobre las movilizaciones que han protagonizado sus compatriotas en el extranjero durante los últimos años.
Este profesional boliviano, residenciado en Europa desde hace unos cinco años, está convencido de que los periodistas de América Latina son, de alguna forma, "responsables de la información que los medios publican sobre nuestras comunidades", pues con su participación desde medios generalistas o especializados pueden -y deben- contribuir a transformar el tono negativo con el cual se aborda casi siempre la inmigración.
En su opinión, la proliferación de medios latinoamericanos ha sido positiva pero, según afirma, en muchos casos las necesidades del mercado hacen que algunos de esos medios se vean obligados a distorsionar el mensaje para satisfacer los requerimientos de los anunciantes. Por esa razón es necesario asumir una posición firme en defensa de la libertad de expresión, dice. "Los países han informado mal sobre la situación de nuestros países y eso se refleja en la percepción de los trabajadores inmigrantes. Pero la deuda informativa debe pagarse. Es necesario que la paguemos todos, apegándonos a los principios éticos del periodismo, entendiéndolo no como una mercancía sino como un servicio", señaló. EFE

Record mundial de revista boliviana en España


La imagen del inmigrante latinoamericano en Europa tiene muchos rostros. Generalmente desde la visión del país receptor, el rostro más visible es el del trabajador empleado como mano de obra no calificada; pero también existe el rostro del inmigrante profesional que desarrolla actividades profesionales o empresariales. Este último es, con seguridad, menos frecuente pero su éxito es más encomiable porque ha logrado abrirse paso en uno de los ámbitos más comepetitivos del mundo. Si esto es verdad, cuánto más loable será el caso de aquellos que han dedicado su labor profesional al servicio de la comunidad de inmigrantes latinos desprotegidos por su condición de ilegalidad y/o explotación laboral.

Éste es el caso de un periodista y de una revista de distribución gratuita en España orientada a la inmensa comunidad de inmigrantes bolivianos. La revista Raíz Bolivia, dirigida por un boliviano residente en España, ha establecido además un record mundial en su caurto número distribuyendo 100.000 ejemplares de su edición. Por su importancia, INFORME reproduce la nota de prensa que el Director de la mencionada revista nos hizo llegar.

"EDICION RECORD MUNDIAL DE REVISTA BOLIVIANA EN ESPAÑA

Ya está en circulación el cuarto número de la revista Raíz Bolivia editada en España, que con cien mil ejemplares ha logrado un record mundial de publicaciones de distribución gratuita en Europa y el mundo, en el marco de un homenaje a los 182 años de Fundación de Bolivia.

La revista de 32 páginas full color, cuya cantidad es supervisada por la empresa especializada PGD, es un esfuerzo de la empresa española Copernal Publishing, a cargo de Juan Carlos Ruiz, y de su Director, el periodista boliviano Edwin Pérez Uberhuaga, que ha publicado varios libros y revistas en Europa y Estados Unidos.

Esta edición especial incluye orientaciones jurídicas respecto a las posibilidades de vivir dentro de la legalidad en España y mensajes que buscan la unidad del país en uno de los momentos más difíciles de la Historia con sectores lamentablemente confrontados.

En la portada incluye fotografías de las "cambas japonesas" y las "cholas españolas", es decir, japoneses y españoles que han sido atraídos por la cultura andina y oriental de Bolivia y la muestran con orgullo en diferentes actividades. En las páginas de turismo se muestra la increíble variedad del país.

Varias empresas e instituciones bolivianas, españolas, francesas y de Estados Unidos han incluido avisos publicitarios, con lo que han contribuido a subvencionar una edición que marca un hito en la historia del Periodismo boliviano.

En España hay más de 350 mil bolivianos, un 80 por ciento sin documentación legal, lo que implica una fuerte necesidad de contar con información que le permita vivir con dignidad. El editorial de esta edición plantea un debate sincero sobre el papel de los migrantes bolivianos en el mundo"